SAL DE UN CISCO CON MARISCO

 La Desconceptuación, pensé, debe mantenerse como teoría secreta, y la Toyota no la apoyó porque no lee, dice en su fotolog en el Cuestionario de los Seis Secretos, con lo cual debería explicársela en alguna fiesta, y yo ya estoy para poca fiesta, ya que nos enfrentamos a una época en la que va a haber tantas, que lo más sensato es que se imponga una racionalización. Que luego yo con Tía María doy una pena horrible. Que con Tía María, pierdo la Empatía. 

 Me encantaría enamorarme, son las fechas, y hay varias posibilidades a la vista, ya que la calefacción central parece que éste año funciona bien, y proporciona un extraordinario dolor de cabeza, lo cual es un síntoma de bienestar absolutamente épico (épico es un adjetivo que viene de la casa de discos Epic). Vamos a ver qué pasa, porque se me han borrao dos del bear por mi, y ese es el punto máximo de la demostración del enamoramiento: maniquí retirado del escaparate, vas a comer aguacate. Viva esos valientes, esos machotes que se borran del bear, eso es tener huevos de los gordos. Si l'amour no sale, siempre tengo la posibilidad de volver con ex, o visitar, que está en el Caribe. Sí, ésto no es broma, tengo ex en el Caribe. Sé que suena de dar poco crédito, pero es así, no todo el mundo puede decir lo mismo.

 Yo lo que pasa es que lo de coger un avión lo llevo fatal, desde unas turbulencias que cogimos Bcn-Mad. No es que las cogiéramos, es que hubo todo el rato. Yo en el avión, me pongo como en el autobús, en la parte de atrás, que es donde está el rollito. Y en el último Air Europa venían unos tópsicomanos detrás mío recién salidos del Salvation Dance-Pasti-Pasti, con un marchote, que se les pasó a la primera turbulencia, qué espanto. Caras blancas y nubes: salí mareado y me duró dos días. Dos días turbado, o cómo diría mi ex-vecino Carlos Bustamante: más turbado: Dos días mareado sin ubicar bien la Torre de Valencia, si al noreste, suroeste o al North by NorthWest. No es que ahora la ubique mucho, pero la veo porque es bastante alta...así que...¿Once horas en un avión? Tendré que ir a que me receten....

 Y luego está el tema de los líquidos...la nueva normativa...los cien mililitros y los cien milikitos. Si he pitao por tonterías (llevo un alfiler, lo juro, en la bolsa de mano, que ni la guardiacivila, que ya me conoce ni yo encontramos, juro que podría matar a un piloto clavándole el alfiler en el cuello como mú yemayá, pero cuando encontremos el alfiler): -¡Es el del alfiler! -dice la Guardiacivila MariCarmen: -¡Déjale pasar, Clamentino...que es el del alfiler de siempre! ¡Que no lleva peligro, es buen mushasho!
  ¿Y si tienes un precum gordo al embarcar, que también es líquido? Si tienes un precum, de ver, qué se yo, esas bellezas de Camberra que se ven en Barajas y que nunca desembarcan en Madrid DF...¿Hay que meter el precum en una bolsita transparente? Malos tiempos para viajar en avión...

Dentro de nada, desnudarán a los pasajeros, y les meterán unos supositorios con contraste para radiografiarles bien, y una vez pasado el control, TAC que te crió, para ver si llevas un consolador-navaja moderno de Albacete, alojado en la pleura. Tengo que hacer un viaje pronto, o enamorarme. O ambas cosas a la vez. Si supero lo de los líquidos, que no sé yo. 

Y una vez desconceptuado un poco, en secreta desconceptuación, confesaré qué es lo único que me gusta de los fastos de Satán que se nos avecinan (el Espumillonamiento, -mi referisco): He de comer marisco ya, porque yo soy muy MARISQUITO. El otro día me sorprendí atacando dos vieiras, y aliñando unas huevas con tomate, pimiento y cebollita que me quitaron el sentío. He de comer marisco, porque es la única venganza de un alma noble para combatir ésta época que se me avecina (que se nos avecina), en la cual todas mis enemig@s (si las tuviere), empezarán a quererme misteriosamente y a darme besos babo-babosos (a mí, que soy tan brit y swedish por dentro). 

 Comer marisco no en plan capitalista, no en plan nuevo rico, ¡no! sino por sus propiedades alimenticias, por el hierro, por el fósforo, por todo eso que dice la Doctora de Saber Vivir, que lo aconseja, pero que no ha debido comer mucho con esa cara de bruja novata menopaúsica que tiene... 

 Chicos/as/es, otra virtud: Sé abrir ostras sin cortarme, pero advierto que me las como sobre la marcha y os dejo sin ellas, así que al loro. Un buen vino blanco y unas ostras, cerrar los ojos y sentir que el mar está en mí: ¡Sentir que lo estará otra vez cuando lleguen el sol y el verano...! Con ésto y dos o tres porviños (do Minho) seré feliz en los próximos meses, al menos hasta el 7 de Enero, que es una fecha que tengo grabada a fuego (no diré porqué, ya que es triste), fecha en la qué daré un paseo solitario por la Puerta del Sol, y contemplaré cínicamente, con algo de sadismo adulto -y no demasiado oculto-, cómo señores con pantalones grises y caras de mala gana,  empezarán a retirar las bombillitas y todos esos repugnantes follones lumínicos ....bombillitas que nunca sabremos donde irán, ¡y esos besos donde irán! ... Y hoy podré beber y lamentar...que ya no volverán, tus alas a volar... ¡Querido langostino Rodolfo de Pescanova! ¡Qué ganas tengo de devorar con irrefenable ansia tus carnes morenas y comerme al Tigre, al Tigre de Mar! @ebdr. texto registrado. Todos los derechos reservados.