BERNARD-MARIE KOLTÈS















Recuerdo que en una de mis estancias en Burdeos con mi amigo Steph, hace ya algunos años, me llevó a cenar a casa de dos chicos que eran más o menos pareja, que vivían en una preciosa buhardilla, toda de madera, de éstas que sólo se ven en las Galias...Mi amigo se empeñó en presentármelos, "porque son intelectuales como tú y os caeréis bien, aunque tu francés JM sea macarrónico...."

Así hicimos y trás la cena, rodeados de velitas nada cursis y relajado por los vapores de algún extraño licor, nuevo para mí, me levanté para cotillear libros, que es lo primero que hago en las casas ajenas...
Uno de los chavales, el más joven, de pelo negro ensortijado y cara de facciones y rasgos clásicos y proporcionados, se acercó, y como me veía un poco nervioso, me dió dos caladitas del porro que fumaba, para a continuación preguntarme si me gustaba la lectura...Yo le contesté que evidentemente sí, mucho, y le pregunté que quién era aquel autor Koltès que estaba por todas partes...
El me dijo que escribía cosas y que también era actor, y que dentro de un tiempo representaría una obra de ese escritor..:

-"Mi pareja más mayor, con el que has cenado ha estado con él, con ese escritor.."
(Entre eso y que con Steph, estábamos sentados en una terracita, -no lejos de la Casa de Goya ni del "TH"-, tomando una pinta, y me señaló un señor panzudo, con la cara picada, con pinta de sesentón que estaba al lado nuestro y lo que me dijo, yo aluciné en aquel viaje. Me dijo:
-"Mira, ese señor mayor que tienes ahí, a tu lado, un poco ya pris de boisson era el fiancé de Fassbinder..."

El chico de la cena, una especie de belleza mórbida francesa, de ojos brillantes, húmedos y enormes, y boca como la de Nastassja Kinski, me soltó una conferencia densísima sobre la obra de Koltès, en un francés tan perfectamente hablado y rápido que sólo me daba la opción a hacer preguntas, pararle con frases cortas, o constantemente intentar frenarle para que tomara aire con afirmaciones e interjecciones (en una de las cuales creo que nos besamos en la boca, fingiendo yo que consultaba algo de Victor Hugo, lo cual aumentó evidentemente mi interés por la conferencia literaria que me estaba soltando). Cuando volví a España, comprobé que Koltès se había aún representado muy poco aquí, tal vez en algún teatro alternativo de Barcelona y poco más...pero ya por aquel entonces me quedé con la mosca detrás de la oreja e investigué....
@elblogderipley


"No es que yo quiera ignorar la afectividad; sino que la afectividad también existe en el comercio. Nunca me gustaron las historias de amor. Casi no dicen nada. No creo en la relación amorosa en sí misma, eso es una invención de los románticos... Cuando se quiere contar una historia más precisa hay que buscar otros caminos. Creo que el *deal es un medio sublime"... "La bondad absoluta no existe, si acaso habría que buscarla en los monjes o en los ascetas, quizá ellos son los únicos que han encontrado una respuesta a la vida, por eso son los verdaderos marginados... En realidad las relaciones que establecen los seres humanos entre sí son cínicas aunque teñidas de afectividad. Eso es lo que complica todo y al mismo tiempo proporciona argumentos que permitirían seguir escribiendo durante toda la vida. Lo verdaderamente interesante es captar la variación que existe entre cinismo y afectividad, entender cual es el juego de proporciones. No hay nada más cínico que las películas sentimentales; yo prefiero el cinismo manifiesto."
Bernard-Marie Koltés


*deal: "el "deal" es el término que se describe en la primera página de "En la soledad de los campos de algodón" como una transación comercial realizada en base a valores prohibidos o estrictamente controlados; un trato que se cierra en lugares neutros, indefinidos y no pensados para este fin entre proveedores y clientes, mediante un entendimiento tácito o un código de signos convenidos o un diálogo de doble sentido - con el fin de evitar la traición o la estafa - a cualquier hora del día o de la noche, independientemente de los horarios reglamentarios de los establecimientos homologados, pero sobre todo durante sus horas de cierre" (Moisés Pérez Coterillo, crítico y autor teatral).

Bernard-Marie Koltès nacido en Metz en 1948. Había ido por primera vez al teatro a sus veintidós años, y su emoción fue tal –ante una interpretación en París de la gran actriz Maria Casares, hija del presidente de la República Española Casares Quirogaque inmediatamente se puso a escribir la que sería su primera obra teatral: una versión escénica de la Infancia de Gorki.

(A propósito de QUAI WEST): Al oeste de Nueva York, en Manhattan, en un rincón del West End, donde está el viejo puerto, hay unos hangares; en particular uno abandonado, un gran hangar vacío, donde pasé algunas noches, escondido. Es un lugar sumamente extraño, un refugio de mendigos, maricas, camellos, de ajustes de cuentas, un lugar donde la policía jamás pisa, por oscuras razones. Nada más entrar, te das cuenta de que estás en un lugar privilegiado del mundo, una especie de cuadrado misteriosamente abandonado en medio de un jardín, donde las plantas hubieran podido crecer de manera diferente: un lugar donde no existe el orden normal, sino otro orden muy curioso, que se ha ido conformando. He sentido ganas de hablar de este pequeño rincón del mundo, que es excepcional y, sin embargo, no nos resulta extraño; me gustaría contar esta extraña impresión que se siente al atravesar ese espacio inmenso, aparentemente desierto, con la luz que va cambiando a lo largo de la noche a través de los agujeros en el techo, los ruidos de los pasos y las voces que resuenan, los roces, alguien a tu lado, una mano que súbitamente te agarra....."

En 1983 estrena en Francia "Combate de negro y de perros", en una puesta en escena de Patrice Chéreau, el gran director europeo, que fue el único que en vida le representó y su mentor. En el 86, Chéreau da a conocer su drama "Muelle del Este". En 1988, se pone en escena "El regreso al desierto", con Michel Piccoli en el reparto. Murió en 1989, víctima del Vih, como Cyrill Collard (el autor y director de "Les Nuits Fauves" -Las Noches Bárbaras-). En la actualidad, es el autor de teatro francés contemporáneo, más representado en el mundo.

Rotulados bajo títulos epigramáticos y sugerentes, y cercanos a los universos de Kundera , Coetzee, -el premio Nobel sudafricano- y Michel Houellebecq, sus textos teatrales evocan un universo personal, lleno de complejidad y sutileza, donde la palabra se convierte en vehículo privilegiado de la acción y el dibujo de los personajes es de rotunda consistencia. Poeta de espacios residuales, abandonados provisionalmente por la especulación urbana o el desarrollo urbanístico, entregados a la arbitrariedad de la intemperie, se convierten en territorios desolados donde los seres humanos que encarnan sus personajes han de librar una batalla en la que media con frecuencia la propia supervivencia. Relaciones de tráfico, de intercambio, de extorsión o de comercio que revelan una mirada descarnada sobre la condición humana de la que ha desaparecido el vaho de lo afectivo, el tinte idealista del sentimiento. Y un tema siempre explícito o agazapado, la denuncia del racismo, su desenmascaramiento.
@Entrevistas a Bernard-Marie Koltès

PATRICE CHERÈAU: Actor, Director de escena y de cine francés. Entre sus obras más importantes figuran "L'homme blessè" ("El Hombre Herido", uno de los primeros intentos del cine francés contemporáneo, de abordar la sexualidad entre dos hombres, un joven que escapa de casa -interpretado por Jean Hugues Anglade- que se enamora perdidamente de un policía -Vittorio Mezzogiorno-).También director y guionista de, entre otras muchas, "la Reina Margot", "Intimidad" ("Intimacy") y "Son Frère" ("Su Hermano")
le sigue, fragmento de la obra de Koltès