RIPLEY, PLATERO, TROILO Y OONA CHAPLIN, MADRE DE LA GERARDA, DESDE EL MÉTODO PARANOÍCO-CRITICO DE DALÍ, SALVADOR


@ Jean Dieuzaide -Bibliothèque municipale de Lyon.@


Los seres que más me interesan, sea freudiana o lacanianamente (por no ser prolijo en escuelas y clanes argentino-cirílicos), son aquellos que prefieren hacerse daño a sí mismos antes que hacérselo a los demás conscientemente, y a mala leche. Todo Yo que se proyecta en los demás es un Yo enfermo, voluble, vulnerable y cambiante como agua del rio…El problema es lo llevadero que resulte o no, y lo que se anule o no...para resultar realmente productivo…y la calidad de lo que aguantas y te aguanta…La Caída fácil en las tentaciones, en los cotilleos terrenales y fungibles en segundos, sólo detecta y refleja personalidades inmaduras, pero las tentaciones son temporales, y quiénes pretenden más cosas solo deben someterse a la intemporalidad, que es lo que nos hace perdurar y no morir nunca, cuando nuestro plano físico se apaga como una llama languideciente.

Intentar escribir bien ó que le guste a uno, no es incompatible con ninguna profesión, lo mismo que se puede ser del Barça y del Madrid a la vez, hablar catalán e italiano, inglés y/o gaélico, que no te guste el fútbol, vivir en Londres, Como, Guajaca (Oaxaca) ó Lugano, en el Carmel,o en las 10 mil viviendas sin conocer el número exacto. Lo importante de internet(dentro de un amplio abanico de desventajas evidentes,basadas en el no-conocimiento directo) es que no discrimina por clases sociales, y que aúna por intereses o inquietudes, que al fín y al cabo es lo que nos mantiene vivos...Con un poquito de relax intermedio, claro. Las inquietudes de cada persona no deben apreciarse desde un enfoque clasista consciente,-pues las enseñanzas y conocimientos, siempre los brindan los más humildes, que son nuestros verdaderos ángeles custodios y Guardianes entre el Centeno-, sino imbricados en los derechos fundamentales de todos los seres humanos que proclamó la Revolución Francesa. Un abrazo, y excúseseme anticipadamente, por lo pedante y pretencioso que pudiera parecer lo que digo, sin pretender ser otra cosa que un modesto bloguero, al que incomprensiblemente persiguen de tres a cinco pesados y aburridos hackers diarios.