LA MARDISIÓN DE LA CHISPA.





Vuelvo a mi actividad blogueril, después de correr delante de unos nazarios trás intentar levantarles las faldillas, pá ver si llevaban unos salvaeslises o unos cilicios y unas cosas y nada mejor para blogar otra vez que contar uno de éstos sucedidos que gustan a grandes, jipis, payos, niñas, Pepes y Manolas:


Pues el caso es que hace unos días me pasaba algo extraño, como vergonzoso, cosa indómita e inexplicable donde las haya, y es que llevaba un tiempo dando calambre:

A ver cómo explico yo ésto sin que sea malinterpretado ni dé a entender que "mí no faire l'amour ni los follostroros en condiciones", es algo más complejo: comprendo que al ser de letras, al principio estaba aterrado, con cara de susto, como un perro cuando le bailas flamenco delante. De hecho, dadas las fechas, pensé en una cosa entre milagrosa y bíblica. Me dije: "-Estoy a un paso de que la Benedista me canonice como a La Escrivá, verás tú, Ripli". El caso es que investigué, pues me había pasado alguna que otra vez, ya preocupado, porque un par de veces al tocar un picaporte de metal en casa, pues me había dado un calambrillo, y la cosa llegó a mayores cuando, trás dar la mano a un amigo, le solté una pequeña descarga y me dijo que qué coño era eso de ir dando chispazos por ahí, si había tocado la kriptonita o es que mi amor era tan inmenso que saltaba La Chispa, que es el nombre de la gitana esa que sale por la tele, que fue novia de un Gran Hermano o algo así.

Me puse a investigar, tipo la Milá cuando se pone investigativa, asi, tiquis-miquis y picapinyas de la investigación, que dicen en cat, y dí con la solución que quería (porque yo siempre una solución quiero): la electricidad estática:


"-Esto es porque blogo poco, debido a las Fiestas Nazarias.." -penséme en un principio-: pero no, la cosa tenía más que ver con un asqueroso forro polar que me había comprado de saldo con el que yo me veía favorecidísimo, repugnantemente fabricado con materiales acrílicos y artificiales, y unas zapas de éstas muy fashion pero con un gomazo de suela que te cagas...El caso es que ambos habillès creaban en mí, en mi cuerpo y en mi ser, las condiciones más óptimas para ser una toma de tierra andante, y menos mal que sólo echaba chispitas y lo arreglé pronto, porque una de las noticias relacionadas con esto, me dejó patitieso, así que hay que andarse con cuidado, chicos. El caso es que ya lo solucioné, tomé cartas en el asunto y me bajé un poco los voltios, dado lo insólito de la noticia que leí, que es tan real como austrialiana toda ella... Así que si os pasa, coscaros y poner remedio, que sino vais a acabar como los empleados del edificio ese de Barcelona, de La Caixa y Gas Natural, que están tós lestrostáticos perdíos (parece que no es demasiado grave), con una enfermedad reversible en los muslos. Pero al desgraciao de la noticia, le ocurre algo peor:


SYDNEY (Reuters) - Un australiano generó una descarga de 40.000 voltios de electricidad estática con su ropa mientras caminaba, y luego dejó a su paso una alfombra quemada y plástico derretido. La situación obligó a los bomberos a evacuar un edificio.
Frank Clewer, que llevaba puestas una camisa de lana y una chaqueta sintética de nylon, no era consciente de la carga eléctrica que generaban sus ropas cuando se rozaban. Al entrar el jueves en un edificio de la ciudad de Warrnambool, en el estado de Victoria, al sur del país, la descarga eléctrica incendió la alfombra.
"Sonó casi como un petardo", dijo Clewer a una radio australiana. "En unos cinco minutos, la alfombra comenzó a quemarse", relató.
Los empleados, que no estaban seguros de la causa del misterioso olor a quemado, llamaron a los bomberos, que evacuaron el edificio.
"Había varias partes chamuscadas en la alfombra, y podíamos oír un crepitar tanto dentro como fuera del edificio", dijo el oficial de bomberos Henry Barton.
Los bomberos cortaron la electricidad del edificio pensando que las deflagraciones podrían haber sido causadas por un cortocircuito", agregó.
Clewer, que tras salir del edificio descubrió que había achicharrado una trozo de plástico del suelo de su coche, volvió para pedir la ayuda de los bomberos.
"Revisamos su ropa con un contador de electricidad estática y reflejó una carga de 40.000 voltios, que está a un paso de la combustión espontánea, en la que su ropa se hubiera autoincendiado", dijo Barton. "He sido bombero durante 35 años y nunca me he encontrado con nada como esto".
Los bomberos tomaron posesión de la chaqueta de Clewer y la almacenaron en el patio del cuartel de bomberos, donde continuó sosteniendo una fuerte carga eléctrica.
David Gosden, catedrático de ingeniería eléctrica en la Universidad de Sydney, dijo a Reuters que para que una descarga de electricidad estática prenda fuego a una alfombra, las condiciones tuvieron que ser perfectas.
"La electricidad estática es un mecanismo similar al de los relámpagos, donde tienes nubes que se frotan y después hay una activación generada por el aire muy seco sobre ellas", dijo Gosden.
@elblogderipley

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