DIMITRI SE LLAMABA EL GACHÓ (I)


"Mi homosexualidad sólo se activa con un hombre como Dimitri":
De repente, se dio cuenta de que no sabía escribir, que ni siquiera le interesaba: Sólo le interesaba conocer a Dimitri y desarrollar con él toda la homosexualidad que llevaba dentro de su ser.
Todos los hombres que había conocido, con los que había estado, no eran nada al lado de Dimitri: Dimitri tenía algo que no tenían los demás, un no se qué, un qué se yo...Esa bañera, ese pasado oscuro, esa cara de golfo, esas ladillas como cucarachas, ese aliento con olor a vodka y a nombre extranjero...

Las vidas ordinarias, las existencias ordinarias, dejaban como por encanto de serlo cuando llegaba un hombre guapo y te hacía un beso negro, o tu se lo hacías a él, y eso Dimitri lo hacía como nadie cuando quería conseguir algo de tí. El no se consideraba guapo-guapo, aunque sí atractivo (¿Y al fin y al cabo, qué significaba eso?), capaz de ser sujeto activo o pasivo de besos negros: mil, dos mil besos negros con las mucosas bien abiertas al viento, que combatieran la astenia y los cambios mortales de la primavera, una estación absurda, en la que las cosas podían cambiar de la noche a la mañana: lo mismo sol que lluvia; lo mismo encontrar un chico guapo en un chat, que ser perseguido por un obeso mórbido con caprichos de Hot-dogs, con caderas de omaíta hasta la extremaunción...

Pero apareció Dimitri: Quiso salvarlo, quiso besarlo, quiso sacarlo de la bañera y practicar su homosexualidad sobre Dimitri: Dimitri era la persona ideal para practicar una homosexualidad, la homosexualidad de toda una vida junto a él... Envejecer junt@s, de hecho bajo la ley, en un homosexualismo sin fín, remedio ni comedimiento : Dimitri y Alex Dimitriades, que en el fondo -pensó- eran la misma persona.
Se metió en la bañera y se masturbó amorcillado imaginando a Dimitri, pensando que qué muchacho, qué malas compañías tenía: "-Huye de los rusos, Dimitri, huye de los rusos, sólo dicen cosas bonitas al oído y luego te meten por menos de ná en un fregado con polonio."
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Y él sabía que Dimitri llegaría, que el timbre que sonaba, la puerta que sonaba, no podía ser un hombre con caderas de omaíta, omá, con voz de pito, pasión por Kylie y que roncara por las noches: definitivamente, ese no era su tipo de hombre...
Sonaba racista, sonaba discriminatorio, pero no podía sentirse homosexual con un hombre que no le gustara y que le recordara a su Tita Mary Luz: ¿Si no de qué? ("El homosexual fino se nace, no se hace" -se dijo pronunciando bien cada sílaba- ).

Definitivamente, estaba harto de aquel calvo chicholino, aquel calvo chicholino, que le perseguía por el barrio, y que le entraba por el chat, diciéndole:
"-Me pareció ayer verte a eso de las diez."

"-Pues te parecería verme, gañán, como si te has visto "Gritos y Susurros" de Ingmar Bergman doce veces" -pensó-: "-Pero sólo eres un pesado que me importa una mierda, y no me interesa que me recuerdes la ropa que llevaba ayer puesta, psicópata rayado del distrito veintiocho cero cero veintisiete, que pareces un vinilo de esos viejos, con la Antología de la Zarzuela de Luis Cobos, dando más vueltas que los ojos de Marujita Díaz" :




"-Me suda la polla" (-se lo diría-): "-Me suda la polla todo lo que me digas y que me tengas durante cuatro meses sin dejarme en paz, sin un verdadero sentido de la pesadez, el romanticismo gay's viscontiniano ni del hastío..." Y añadiría:
"Mi homosexualidad sólo se activa con un hombre como Dimitri".
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