FEAR EATS SOUL (DANCING RIPLEY)


Había puesto sus nuevas fotos en el último chat a la moda, y estaba configurando las opciones. Lo que los cursis creadores de aquel engendro, denominaban "tu gaycupido" (- y que él en secreto llamaba el "tu gay escupido"-).

Se lo encontró al fondo del bar. No era feo, era muy feo, pero tenía el encanto de los perros pulgosos que la chupan bien, y hoy en día, la homosexualidad no da todavía para una Jefatura de Estado, así que, trás apurar su cerveza, se le acercó y preguntó:
-"¿Oye, estamos en Madrid o en Barcelona? A mi todo el mundo, toda la gente me parece igual, en los últimos días, no distingo las Nike en los fotologs de una y otra ciudad. "
"Yo llevo las Nike Milano" -dijo el chico feo, con una cara de agradar y de buena persona de esas que bajan la líbido hasta a la gays más Saritísima, así que, antes de sentir el supremo impulso gay de la repulsión y el rechazo, optó por besarle en la boca, respirar a los dos minutos, y susurrar precipitadamente:
"Creo que esta discoteca tiene dos ambientes. Me voy al otro, que me va la pachanga".
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Una canción de Marta Sánchez, qué horror. Desde el "Yo no soy para tí, soy una desconocida", que daba gusto cantarlo delante de una gorda Von Donna en un bareto gay, aquélla mujer no había levantado cabeza. Entró en la pista, y encontró al típico buscaparejas, el novio ideal, que lo llamarían en el "Eurocupido".

"El Novio Ideal" estaba con su mejor amigo, y lo que aconteció fue una escena similar a una obra de Miguel Mihura. El caso es que no recuerda muy bien qué hablaron, pero sí recuerda al amigo, intentando venderle al otro, como esa madre en la obra, que recibe en casa al único pretendiente en años (-en toda una vida-) de su hija más fea y más tonta que un demonio, e intenta, cuando lo sienta en el sofá, alicatarlo a la familia a toda costa. El pobre hombre, avasallado, comenta:
-"Bonito mantel y bonitas cortinas..."
La madre, contesta:
-"Preciosos. Punto de cruz. Los ha hecho la niña en sus ratos libres. Es que la niña es muy mañosa con los hilos ¿Sabe?."

Estan tomando un café con unas pastas, y el pobre hombre se empieza a sonrojar. No sabe de qué hablar con la madre, mientras la niña vuelve de un recado. Pierde la vista en el café, come una pasta y dice:
-"Deliciosas pastas de chocolate.."
"-Las ha hecho la niña -contesta la madre: -¡Menuda repostería se gasta, tiene sus cuatro cursos de cocina con matrícula de honor...voy a por ellos para que los vea..."
-"No si yo... (no vengo a casarme ni nada) -dice el señor: "Bonita la lámpara, una araña estilo isabelino verdaderamente notable..." -dice mirando al techo.
La madre, le pone la mano en la pierna, y como con cara de confesión secreta, le suelta:
-"Pues no me lo creerá, pero la lámpara entera, la ha hecho la niña también..."
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Salió del ambiente pachanga diciéndoles a los chicos que se iba al baño, en cuanto sonó el hangú y todas las lycrafashion comenzaron a bailarlo como las brujas de Macbeth. Pero no el de la Madonna, el de la otra, y recordó el chiste de "La puerta de la Ana Belén"(mírala, mírala). Pensó que en aquel antro no daban garrafón, pero sí daban garrafón, y al entrar en el lado de ambiente techno, una mano salió de la oscuridad y le paró:
" Yo a tí te conozco. Tu eres el de los vídeos ese del Ripli. Sí hombre, ese que se hace vídeos. ¿Eres tú verdad? Mira, este es el relaciones públicas. Házte una foto anda...."
....."Tú a mi me has hecho daño, mucho daño... "
-¿Ah si? -contestó:
"Daño, mucho daño...me rechazaste en un chat, y yo estaba loquito por tí. Te dije que calzaba un cuarenta y tres, y pareció no gustarte. Estabas conectado...estabas conectado pero no contestabas, como el cura. Tu a mi me hiciste mucho daño, Ignacio...."
-¿Ignacio? -preguntó. Aquello no tenía sentido. Farfulló algo mirándose el reloj, y se dirigió más al fondo, librándose de aquel pesado misterioso con la frase mágica:
"Perdona, he pedido un Red-Bull. Y esto no es un Red-Bull-Bull"...

De otra pared más al fondo, ya muy cerca del cuarto oscuro, salió una especie de señor de cincuenta y dos, y digo una especie, porque estaba como momificado, tenía la cara como el papel pergamino, y era igual que Maria Teresa Campos, rubio ceniza y todo, pero con el pelo corto, al tres y vestido como de Suma Sacerdotisa o algo así, color marfil:
"-Yo a ti te conozco, le dijo: -Me has debido de olvidar porque te se nota que tomas los ansiolíticos..." ("Buenoo -pensó: Esto ya parece el "Esta es su vida". ¡Qué dice este chalao!...):
-"Yo a tí te conozco, porque me rechazastes ahi a orillas de las faldas del Tibidabo, recién cumplidas tus diecisiete primaveras, que decías que tenías la novia, anda y todo. Te llevé a Canet ¿No recuerdas bribón? Y te hice el desnudismo, enseñándote media rajita, que me bajé a la mitad el bañador por detrás, y casi se me para la sangre con la goma...."
-"Pos vale" -le dije con casi medio empujón, y creí oir, que decía en mi nuca:
-"Ay! queviejostás...."
Se chocó con su amigo Josep, y aquélla vez logró que no le volviera a contar la historia de su tío que se largó a Suiza, sino un chiste de mariquitas:
"Doncs mira, que es que van dos mariquitas y le dice uno al otro, diu..."
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De pronto se desmayó. Recuerda como un camarero saltó por encima de la barra, como si fuera un conejo y gritó: "Agua, agua para este hombre".
Le echaron media jarra de agua en la cabeza, de las que aguantaban las pajillas para remover las bebidas, y se despertó guapo como un galán, pero temiendo mirarse al espejo dentro de unos seis meses y contemplar aterrorizado una verruga vírica debajo de su boca. Recuerda, mezclada en el tiempo, la frase que le dijo aquel amigo que le acompañaba por entonces:
"Sólo tu peor enemigo te besará, recuérdalo. O quién te quiera sin más y eso no le importe nada...."
-Vale -contestó: "-café y verrugas para todos."
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Subió las escaleras, se ahogaba. Estaba casi llorando por el humo. El agua misteriosamente se le había secado, o el tejido de su camisa era milagroso. Hacía mucho calor, pero en la calle logró que una leve brisa procedente del mar le arrullara. Tal vez sería su imaginación. Recordó el inicio de la película "En casa con Claude"...

....No, pero eso no podía ser. Ahí sentado estaba Germán. Pero a Germán ya le conocía ¿Qué hacía Germán allí sentado? Le besó en la boca, y entre risas, le dijo:
-¿Qué, sigues pensando que te odia el mundo gay?
-No, -contestó: -Hoy no: "-No es que me odien. Es que sencillamente hoy me he encontrado con lo peor de cada casa, ó con lo peor de mi pasado virtual. Y estaban todos ahí dentro..."