VAGHE STELLE DELL'ORSA (SANDRA)

¿Cómo comentar una película de Visconti sin caer en la pedantería? Ripley se había levantado de una de esas siestas modorrescas de otoño y había encendido RNE.
Desde dentro de la radio (esto es verídico), el ceremonioso, cursi y púdico locutor de música clásica había dicho todo serio: "-Ahora escucharán vds. "El Rapto de Lucrecia" de Benjamin Britten..."El Rapto de Lucrecia", entiendan, no es tal rapto, todo obedece a una mala, pésima traducción del inglés, pues el título original de la obra alude a "La violación de Lucrecia", ya que Lucrecia es violada en su propia habitación..."

-"Vaya, estamos bien, espero que no fuera en Pamplona..." -pensó Ripley, que se había visto por fín las tres horitas de "Inland Empire", luego "Boy Culture", y finalmente, había revisitado a un antiguo amor... "Vaghe Stelle dell'Orsa" ('Vagas Estrellas de la Osa'), una peli de 1965 de Luchino Visconti, que un Ripley adolescente había visto medio agazapado, secretamente (pues "era para mayores"), en la tele un otoño de hacía bastantes años. Pero un Otoño tan otoñal como el de ahora, como el que salía en la película también rodada durante esa estación, en la que todo el rato estaba soplando un misterioso y amenazador viento. Desde entonces (y desde "Rebeca" también), le enloquecían las pelis en las que soplaba todo el rato el viento.
El título era tan, tan bonito y complicado (basado en un poema de Leopardi) , que los distribuidores y los productores franceses  debieron pensar que no lo entendería nadie, así que decidieron cambiarlo sobre la marcha  y titularla simplemente "Sandra", uno de los filmes más desconocidos de Visconti y su primer León de Oro en Venecia.
La película, básicamente, es una moderna trasposición de los mitos de Electra y Orestes a la historia: Un matrimonio (Sandra y Andrew -un alto funcionario internacional-), parte después de haber dado una fiesta en su casa en Ginebra hacia Volterra, en la Toscana italiana. Volterra es "el paraíso perdido" de la infancia de Sandra, pues allí, su padre, un noble de ascendencia hebrea, había muerto trágicamente al ser deportado a un campo de concentración. También hay una historia de Sandra un tanto especial, enfermiza con su hermano Gianni, y una madre Corinna (interpretada por Marie Bell), ex-concertista de piano, que está recluída en un centro psiquiátrico.
El motivo del viaje, es la inauguración de una estatua del padre de Sandra, y la donación al pueblo del jardín que rodea el palacio que Sandra habitó de niña, para convertirlo en parque público. Intemedia en toda la operación el odiado y severo padrastro de Sandra y su hermano : el abogado Gilardoni (Carla Erba, la madre de Visconti, también tuvo un 'affaire' con un abogado).
La película es fundamentalmente la Cardinale: la Cardinale en el palacio de Volterra (-que es la ciudad, la zona en Italia con mayor cantidad de vestigios etruscos por metro cuadrado-), moviéndose entre damascos, alabastros, ruinas etruscas, cortinajes, cuadros, grutas secretas de la infancia, suelos de mármol, pinturas, objetos de arte, escaleras y columnas, La Cardinale, con veintisiete años (con su peculiar voz ronca a lo Angela Molina sin doblar, tal cual), la actriz más joven y bella de Italia en ese momento. Y como contrapunto  Jean Sorel haciendo de hermano, un galán francés con rasgos muy cercanos a Alain Delon
El filme es un drama contenido que al final explota sobre los paraísos perdidos y la trampa de intentar volver a ellos, acompañado por el "Preludio Coral y Fuga" del virtuoso compositor clásico belga Cesar Franck, de origen valón (no dejan de aparecer aquí tampoco, paralelismos autobiográficos con la vida del propio Luchino Visconti, pues esta era la pieza favorita al piano que le tocaba su propia madre). Música que se repite casi obsesivamente, que hace honor a unos versos de Giacomo Leopardi: "Le Ricordanze" ("Los Recuerdos",puedes leer aquí  la traducción española) :
"Vaghe stelle dell'Orsa, io non credea/ Tornare ancor per uso a contemplarvi Sul paterno giardino scintillanti,/ E ragionar con voi dalle finestre Di questo albergo ove abitai fanciullo,/ E delle gioie mie vidi la fine..."