L'IMPORTANT C'EST D'AIMER



"Aide moi... ...Laisse-moi seule... ...je partirai quand tu seras endormie."
De pronto, en la intranquilidad de su casa, un espacio cerrado en el que había estallado una guerra material, con una solería desnivelada, restos de un naufragio y una batalla, que eran los restos de muchos a su vez, de tiempos y espacios mezclados, Nadine comenzó a caminar descalza de puntillas: Comenzó por rememorar su juventud, en una noche de insomnio apabullada, transida y dejada atrás, entregada como una santa a los tranquilizantes, a ahogar su dolor en una almohada que olía a ella, que hablaba con ella, y se dijo que, en adelante, debía sentir todo lo que le ocurriera, vivirlo profundamente y dejar que le ocurriera sin más: "-nada de sombras, nada de sombras chinescas de cosas que pudieron ser y no fueron".

El perro, olisqueó los restos de ladrillo levantados: era ajeno, completamente ajeno al intento de Nadine de haber acabado la noche envueltos en el suave olor del gas, como habría hecho Maria Braun, como habría hecho la Antoinette Cosway de Jean Rhys.

El amor, tenía muchas etapas: como las cintas transportadoras de maletas de los aeropuertos, tan iguales a las de los restaurantes japoneses que frecuentaba con sus compañeros los cómicos: cada plato, cada maleta Samsonite sería un nuevo amor, lleno de esperanza, ó desasosiego, ó gozo ó júbilo, depresión, despecho, vida, fuerza, dolor, sufrimiento....Pero cada maleta Samsonite, debía ser abierta por completo, ver lo que contenía, lo que portaba en su interior, y vivir intensamente cada prenda-pasión, cada pieza-vida, cada objeto de su metafórica vida de momentos-cumbre enjaulados en baúles.

Se prometió nunca más despedidas en estaciones de trenes, como las de Sophia Loren en "Sunflower": Esos novios jóvenes y antojadizos siempre acababan despidiéndose en estaciones de trenes, y ya ni siquiera, como antiguamente, los empleados te dejaban entrar al andén, para sacar pañuelo y llorar en condiciones: nada de dramas, nada de pañuelos de algodón (¿Quién los vendía ya?): -"Verifica todo tu sufrimiento frente a la Nintendo DS y suéltalo" -se dijo.

Dio un nuevo paseo por su palacio en ruinas, pensando en Baudelaire ("Mi corazón es un Palacio devastado por la turba"). Entró en sus aposentos, y se tumbó en su gran cama vacía, dueña de muchas medias batallas, secretos, misterios, y muchos cuartos de hora transitorios y rutinarios como si fuera una boca de metro; a veces, el desahogo de una mujer que alcanzaba casi la madurez, pero que aún estaba bella, y permanecía incólume "frente el acecho de la ansiedad y la locura".


De pronto, se dio cuenta que darle un chance y caer más aún en ella, era toda su salvación. No sentir el suelo bajo sus pies, y simplemente flotar, imaginando mundos en los que nunca había estado... "Aide moi... ...Laisse-moi seule... ...je partirai quand tu seras endormie."