MADRID (MALDITA PRIMAVERA)


Antonia Puenzo abrió las ventanas de la cocina para tender. Entraba la primavera, fuera de plazo, lo que quería decir que un tórrido invierno volvía, con un frío que resucitaba a los muertos, y sacaba como abducidos sus huesos de los nichos, que flotaban Esperanzados en la atmósfera, y en Madrid en cada esquina, el viento hacía doblarse y estremecerse a las máquinas de parking como si fueran el palomitón.

Antonia sujetó a su niño, Juanan Olivares Puenzo al abrir para tender (juntos, frente al tendedero, formaban ellos dos una familia monoparenteral), pero un soplo de aire lo subsumió y se lo llevó para Móstoles en volandas, gritando la madre desconsolada a los cielos, en medio del cambio de clima y el mini-tornado absurdo: Entrando por la otra ventana la abuela, que volvía viva sacada de la tumba, en un flashback:
-"¿Pero madre, qué haces aquí, si estabas en la Sacramental de San Justo?" -preguntó Antonia. A lo que la abuela, sentada en su sillón de orejas de siempre, respondió:
-"Ná, que me ha traío un flashba déso, algo fugaz, y un tanto artificial. Como un flash...que te puede matar."

Ripley salía a hacer la compra huyendo del @mundo Bloguno y de los Comentarios, envuelto en unas pulgas horribles procedentes de unas telas que había recogido de la basura, en un momentazo Diógenes, luchando contra el vendaval como si fuera la protagonista de "La Letra Escarlata", y el trayecto de siempre, que parecía amable en un principio, se iba llenando de extraños figurantes, que de reales y por lo que hacían y decían, se tornaban meros espectros:

Una mujer mayor tiraba de la correa de un perro, -un pastor alemán grandote y cachorro-, y le hablaba como si tal cosa. No eran un par de palabras las que cruzaba con el chucho, sino todo un granado discurso, que el Bloggerito recogía con verdadero asombro:
"-Ya eres un chico grande, y tienes que comportarte como un chico grande José Alfredo Jiménez...."

Era la primera vez en la vida que veíamos que un perro se llamaba "José Alfredo Jiménez", pero la narración más extraordinaria sucedía en la siguiente esquina, en el siguiente chaflán: más extraña aún: casi esotérica:
Un reguero inexplicable de pintura blanca extendida sobre el asfalto, que teníamos que sortear para no mancharnos las suelas de los zapatos, hacía después fijar la vista en un extraño utilitario mal aparcado, con dos hombres dentro, tan peludos que parecían dos monos, con pinta de homosexuales reprimidos, mediana edad, ni niñatos ni vejetes, una edad intermedia, ambos absortos, ausentes, idos, como desactivados, ante una especie de alocado GPS que gritaba órdenes disparatadamente en el salpicadero, y que voceaba armando un chocho tremendo, como una maldición en medio de la calle:
"-¡Dirección en contra! ¡Dirección en contra! ¡Gire a la derecha! ¡Gire a la derecha! ¡Tonto!, ¡Tonto!, ¡Tonto!"

Atrás habían quedado dos sesiones gáyers de messenger verdaderamente surrealistas....Ripley lo consultaba con el Cub: todo era extraño, sumamente extraño: No se trataba de que España se rompiera, ni de que se descompusiera la familia...era algo peor...mucho más absurdo....El Cub le comentaba su experiencia:

-"No, nada...pues que veo a uno, que coge y se me pone a retransmitir por Cam, y sin mediar palabra me enseña el culo. Osea, se baja el chandal y me enseña el culo...
Hasta ahí todo bien...claro: -lo malo es que le digo por el teclado que me gustaría probarlo y tal- ¿Y sabes lo que me contesta? ¿Sabes lo que me contesta por el teclado? Pues me contesta (después de taparse el culo):
-No, si yo sólo quiero amistad...."
"-Hasta ahí todo bien... Si sólo fuera eso...Claro, yo me quedo absorto, como extrañado, pero la cosa no termina ahí...Al rato, también por cam, sin saltarse el eje ni nada, una cosa como muy bien retransmitida y enfocada, se ve una puerta que se abre....y alguien como que entra....¿Y sabes lo que me dice el tío por el teclado?:
"-Un momento, perdona, te tengo que dejar, que acaba de llegar mi novio como habrás visto."


Y entonces Ripley le comenta al Cub, que él también ha tenido otra experiencia sub-realista, igual o peor:
"-Pues ésto es un señor mayor ¿No? Que me lleva hace un tiempo persiguiendo...Ya sabes que sería un poco de morro por mi parte, intentarme hacer pasar por hombre-objeto como con tíos de veinticinco ó treinta justos, como que no cuela y se quedan extrañados, así que elijo un tío de sesenta y muchos, para que me diga barbaridades tipo "te voy a hacer ésto y lo otro", y hasta ahí bien. Pero la cosa varía, y el que empieza a hacerse el "hombre objeto" es él, en plan fetichista encima, que como quién no quiere la cosa ¿Sabes lo qué me dice? :
"-No" -responde el Cub:
-Pues va y me dice -añade Ripley: - "En cuanto caiga al suelo, ya vas tú y me haces lo que quieras"...
-¿Cómo? -dice el Cub:
-Sí, -contesta Ripley: -Que se supone que el hombre-objeto era yo, en un principio ¿No? Pero de pronto, se me cruza un yayo, que sin comerlo ni beberlo, va y me dice "que en cuanto caiga al suelo, ya le puedo hacer lo que quiera y aprovecharme..."


"-Que en cuanto caigamos al suelo (?) Ya le puedo hacer yo lo que quiera, tipo si él fuera Brad Pitt u Omar Shariff, algo de eso, véte tu a saber ¡Un yayo, colega!...."

"-¿Y tú qué le respondiste? -pregunta el Cub. A lo que Ripley le contesta:
"-Pues que nada...¿Qué le voy a responder a un tío de casi 70 años?...Que de tirarnos al suelo nada, que yo no quería acabar en Urgencias...Encima estaba empeñado en quedar para sexo por la mañana, ó a la hora de comer ¿Te lo puedes creer? ¡Sexo por las mañanas! Ni que esto fuera Nueva Inglaterra, hijo: la cosa está que cruje. Ni desayunar le dejan a uno..."