EL FANTASMA DE MARIE TRINNE

"Siempre hay un Paco que nos deja, y un Paco que nos coge... Pero yo no soy esa que te imaginas", -le dijo a un ceporro en un chat (llamado Kryptonito 33)-: -Eso sí que no. Esa presuntuosidad de decirme que solo por charlar conmigo "me estás dando vida", eso sí que no, estúpido, psicología del Reader's Digest para cincuentonas... -escribió-: -Eso, me lo dices ya cuando nos toque escuchar juntas "Gwendolyne" de Julio en Benidorm, que ya me haré un top-less de senos fláccidos, tipo lagarta alemana. Pero yo por ahora... yo por ahora, Kryptonito, tomo yogures de Bótox y arándanos rouge, cariño, para parecer tu hija, o la hermana pequeña que nunca tuviste, debido al aborto grave que superó tu madre antes de que vinieras al mundo..."


Había hablado con su interlocutor, y enseguida había notado que aunque prometía un sueño de amor y besos incesantes, el juego solo servía para llenar el tiempo libre alienado y sobrante de la otra persona durante quién sabe qué trabajo de ventas: el sueño consistía en realidad en convertirse en una opción disponible más de la otra persona luego al teléfono, no en ser un ser humano que se relaciona con otro. Una opción que con toda probabilidad nunca conseguiría ser real ni parecerse al amor, sino bastante más al tedio y al aburrimiento. Faltarían siempre datos esenciales, para que cada una de esas personas no se imaginaran exactamente como les diera la gana dentro de sus cabezas.

Se acercó al ordenador, después de haberse comido un buen plato de cous-cous congelado: El pisto y la paella que le había preparado Manuela, el fín de semana anterior, estaban ya pasados, así que los tuvo que tirar, pena de vida moderna al ritmo del microwave oven -pensó. Se acercó al ordenador, se sirvió un culín de whisky en un vaso y fumó un cigarro: Su primer cigarro del día..."-Como siga sin comer con fundamento, voy a acabar pareciéndome al "Fantasma de Marie Trinne, la chansonnière" -se dijo: Pero no, nada de fantasmas, no soy un fantasma: "...Esa niña sí..., no..., esa no soy yo": ("Esa niña no, porque yo era la Rosa Laureada del Sol, Kryptonito...")


Mira por dónde, en dos días tendría una analítica, y entonces, se rio solo, porque se acordó de áquel amigo más jóven, que cada vez que se hacía analíticas, se estaba dos semanas sin tomar coca: no fuera a quedarse el papel de los análisis del color de la leche condensada, convertido en una papelina con forma de Miss Mundo...
También se acordó de aquel otro conocido, que cada vez que se acostaba con un árabe (cada uno tiene sus gustos), lo rociaba con vino de Oporto y decía que "se iba a comer un moro al Oporto"...Qué racista, en principio, pero ni que los culos de las variadas razas supieran distinto... Se vio recordando todos los encuentros esporádicos que le contaba, y se dijo: "-Pero si buscas tan sólo aventuras, amigo pon guardia a toda tu casa, yo no soy esa, que pierde esperanzas... esa no soy yo."

Vivía en un apartamento pequeño, aunque lleno de cortinas, con más ventanas que paredes: le gustaba abrirlas, crear corriente, que corriera el aire, y ver moverse los cortinajes grandilocuentemente, como si todo aquello fuera un palacio decadente: su palacio... ("Y mi palacio fue la juventud...") ... A veces pensaba que le hubiera gustado conservar largas melenas al viento, estilo Tadzio ó Daniela Romo, como cuando era un temible, atractivo, airado adolescente de ojos rasgados, pero qué más daba, si ya tenía la espalda llena de pelo...

Atrás quedaron los tiempos, en los que mariposeaban a su alrededor dos o tres amigos peluqueros (¿Qué habría sido de ellos?), no es que tuviera poco pelo, pero el elemento primordial que atraía a los peluqueros, comenzaba a escasear, a veces, por ciertos sitios, como el petróleo, como el metro de platino iridiado, como las mentes preclaras y sensatas en los políticos... : qué más daba... Ahora recordaba, rememoraba, se vanagloriaba de aquel piropo estupendo de un ex: "-Cuánto más calvo te vayas quedando, más guapo vas a estar...". Y se dijo: "-No podrás presumir jamás de haber jugado... con la verdad, con el amor de los demás, si en verdad me quieres, yo ya no soy esa, que se acobarda frente a una borrasca..."

Apuró el whisky, mientras un señor de alguna de las antiguas repúblicas de Yugoslavia se le masturbaba por cam virtual: era raro... beber whisky y entrever a un desconocido masturbándose... ¿Era serbio, bosnio, croata, de Olot? Se le olvidó preguntar... Por la caras y pucheros que ponía, semejaba un calentorro apátrida-tipo de internet, qué más daba... ¿Qué querría de él?: "-Yo no soy esa, que tú te imaginas" -dijo por el micro incorporado a áquel hombre-: Gordo, gordo como un caballo percherón: gordo y musculoso. Joven: con un culo que si se le cayera encima, le podría aplastar y dejarle tendido, tr@nsmutado, sobre un campo lleno de pasto fresco, sin que les viera nadie, unas nalgas grandes, apolíneas, redondas, bonitas, inmensas....
Se puso muy serio, se negó a quitarse ninguna prenda de ropa, y añadió por el micrófono al hombre desnudo, que miraba asombrado la escena sin entender nada: "-Yo no soy esa, que te imaginas, una señorita, tranquila y senciglia, que un día abandonas, y siempre perdona, esa niña sí... , no.... Esa no soy yo..."

@elblogderipley. Texto registrado. Prohibida su difusión, reproducción o copia total o parcial sin el consentimiento del autor. Extractos de la canción "Yo no soy Esa" de Mari Trini.