LAS RECESIONES IMPREVISIBLES

-"Las palabras inglesas "crash" y "crack" tienen un algo de Chitty-Chitty-Bang-Bang, no me digan, con lo fácil que es decir que nos hemos ido a tomar por culo", -dijo la marquesa de Prado y Los Caravajales, mientras empeñaba sus Gemmas Niergas en el Montepío, y todo el oro que le había robado a sus dos asistentas hispanic, antes de despedirlas por quiebra, robarles la ropa de su cuarto, matarlas, descuartizarlas, congelarlas y criminalizarlas, y asegurarse así comida segura para los próximos meses.

No era la primera vez que las grandes damas habían comenzado a vivir de sus asistentas, ésto ya ocurrió en el famoso "Corralito Magyar", y se rumoreaba que muchas asistentas sustentaban con sus ahorros a sus jefas, para no pasar más calamidades y aparentar, mientras las jefas habían tenido que regalarles sus visones, y sus abrigos de piel de guepardo de La Concagua, en un chantaje sin precedentes, y una subversión de las clases sociales, que recordaba una Edad Media sui generis, algo extraño, indómito, un nunca visto en el capitalismo-base, tras las revueltas en Wall Street que habían acabado con el ahorcamiento de Bush en unos semáforos, junto a otros mil quinientos brokers, disfrazados de caperucita, que aseguraban a las hordas que jamás habían visto en su vida un palo de golf, pero delatados en los registros populares por sus Visas-Oro.

En las casas de empeños, las grandes damas del Barrio de Salamanca, Pedralbes y Neguri, otrora tan amigas de tomar el té juntas, hacían como que no se conocían y no se saludaban: Una de ellas, todavía con asistenta-guardaespaldas (una uzbeka, que llevaba un subfusil debajo del chal), contaba que en plena calle de Goya, e incluso en la Diagonal, habían empezado a pasear falsas distinguidas damas con abrigos de piel de perro, de conejo, y hasta de rata, que resultaba al final tan vistoso como el visón, pero algo más económico, aunque los malditos roedores se habían puesto ya por las nubes en los mercados, y no había ya forma humana de cazarlos en las alcantarillas, para poner un buen plato de Navidad con unas sobras.

Las ventas de los "turrones Delaviuda", de cara a la pre-temporada maricrismas, habían caído en picado, por mucho que la marca hiciera promoción con el nuevo nombre "Turrones Delaviuda en suspensión de pagos", pero ya los supermercados sólo abrían unas horas al día, vigilados por la policía, pues las hordas se mataban por los potitos de estraperlo. En España e Italia, miles de personas habían huído organizadas en castas, como en la película "El tiempo del lobo" de Haneke, en los yates que quedaban sin embargar de sus ladrillazos, hacia el Norte de Africa, pues se rumoreaba que sus habitantes ofrecían couscous gratuíto, y quedaban aún muchos monos sueltos para cazar y comer, cuya carne era más sabrosa y nutritiva que la de las ratas.

En muchas ciudades y municipios, otras personas se habían arrojado por las ventanas, si bien era cierto que con mucho órden y saneadamente, como había rogado Solbes en televisión, en un intento desesperado de que las subidas salariales extras, demandadas por los basureros, por recoger cadáveres a tutiplén, se integraran en el P.I.B, los Presupuestos y el Euribor sin descuadrarlo, aunque corría un T.A.E raroraro, que no había forma de explicar ni por las Hermanas del Baptisterio.

Lo que en un principio empezó como crisis, simple crisis: dáme tu crisis, por Isis, y te contagio una tisis; en el tiempo y en el espacio, acabó convirtiéndose en una palabra más cagonamente malsonante aún: "Recesión", que rimaba con otras palabras más malsonantes e indómitas todavía, que terminaban en "on"...


De esa forma, los recortes habían afectado a todo, y hasta los azucarillos de los cafés en los bares, costaban ya un euro, después de la época en la que la gente los robaba y comía de menú con eso...Eran tiempos difíciles, en los que hasta las maravillosas mujeres-cantantes de "El misterio de las voces Búlgaras", debido a la recesión, a los recortes compulsivos, y a los decretos-leyes obligatorios de ahorro de bienes y palabras, habían tenido que re-bautizarse como "El misterio de las voces Bul".

"El misterio de las voces Bul" era la música más escuchada por entonces, Bill Gates se había tenido que poner a hacer horas extras, vendiendo perritos calientes a cascoporro de incógnito, para reflotar su empresa, después de que el gobierno norteamericano, en un no-va-más innovatorio, sacara el Plan Isla Bonita; expropiando, nacionalizando y desposeyendo a Madonna de todos sus bienes materiales y terrenales, noticia-bomba que caló en la población y en los periodistas, que la buscaban desesperadamente bajo los puentes, uno por uno, cosa que no era fácil, porque las mafias de pobres se habían apoderado de las zonas bajo los puentes, que estaban petadas de rubias parecidas, y ya era cosa casi de ricos encontrar un hueco disponible...había tortas...