HOMBRES Y MÁQUINAS (la época de los avatares)

"Querido desconocido: Siento no conocerle" -pensó. ¿Está hablando con una máquina ó está hablando con una voz humana, cuando descuelga el teléfono, pide comida china, una pizza, "marca nuevas opciones" para el móvil, ó llama para aclarar un recibo?

No sabe ya si habla con máquinas ó personas, si conoce a máquinas ó personas... Es más, no sabe qué hay detrás: El mundo, corrompido dentro de si mismo, casi hundido al borde de la nada, ensimismado, soporífero, dopado, letárgico y decadente, cada vez se convierte en una espiral que es más mixtura de hombres y máquinas, de realidades paralelas de copia y pega yuxtapuestas, en la que no se llega a distinguir lo original de lo impostado, y en la que lo impostado, encima se cree falsamente propio y exclusivo: es la llegada a un punto de deshumanización, de banalización, de frivolización de la vida, que da miedo: gente que cree que crea noticias, reproduciendo otras noticias a su vez...Tiene algo de timo, de suplantación de lo que se es, de falseamiento de la realidad, muchas veces, claro, inconsciente. Personas encerradas en una máquina, que piensan que piensan lo que otros piensan. Tiene algo de trágico, de "vidas vividas creándose super-menús a medida", de vidas fugitivas, de no-vidas, de escapes paradójicos de la realidad, que en realidad son un cuento de terror, en parte. Hay algo de terrorífico en toda la gente que se cree algo que no es: pero le pasa a casi todo el mundo...Es la cultura de la impostación, de la apariencia de realidad... La época de los avatares...

No hay nada más descorazonador que la soledad de una máquina, por eso intenta conocer a las personas que hay detrás: no merece la pena, sino; en internet nada es lo que parece, uno puede disfrazarse de mil maneras, auto-impostarse, fingir: pero él no quiere contar una vida, fingirla, el no quiere disfrazar nada, el quiere creárla, inventar una.

Sus mejores amigos se casan, o se van casando, y se encierran en una vida, en una caja, casi exentos de relaciones sociales, de salidas, de ocio, para crear, atender nuevas vidas, pero muchos lo hacen con desgana: la mayoría lo hacen porque creen que tienen que hacerlo, porque ha llegado ese momento ("como si ese momento tuviera que llegar"). Se encierran, se cierran.
El invierno es un largo letargo ésta vez: la cama salva su vida, pero la falta de luz, tal vez de un poco más de alegría, hace que la cama sea también un escape enfermizo: el sueño en demasía, tal vez no sea bueno, -piensa-, pero el frío y la lluvia ahí fuera son tremendos.

Estamos solos, vivimos mucho tiempo solos, nacemos solos, y morimos solos. Hombres y máquinas, cada vez más hombres y máquinas, máquinas y hombres: lo no-humano, en definitiva...¿Progreso? Hombres y máquinas: personas que se pasan el día pegados a la pantallita luminosa de su móvil, ensimismados con ella, fanáticos y adictos a encabezar feevy's, ránkings, coleccionistas de cosas casi incoleccionables, vendedores de mantas, faquires, exhibicionistas, gente cada vez más intolerante que va de progresista, que confunde los papeles, que los intercambia, que los pierde, gente cada vez más necia, más frívola, más no-nada, personas que se crean una vida, y una profesión, que en parte inventan: Nacemos metidos en una incubadora, en el tiempo intermedio, vivimos pegados a ésta máquina que es el ordenador, y finalmente, morimos con un respirador puesto en la boca, que al final es una máquina, un electocardiograma que señala que nuestras funciones vitales se apagan, con una línea recta...Tremendo ¿No?...

"Tal vez a partir de ahí, nacemos otra vez, o entramos en otra vida, que nos devuelve a la tierra, como a una patata, como a un ratón, como a un mono. Debajo de la tierra no hay casi máquinas, sólo gusanos y petróleo... Tal vez a partir de ahí, viajamos hacia algo, nos reencarnamos en padres de otros padres, en hormigas, ó conocemos a los marcianos, que nos raptan secretamente con sus ovnis, y nos comen como a una vaca..."
Ahora le da por recordar esa historia de los dos amantes que se conocieron por internet, y se querían mucho, se idolatraban. Estaban todo el día hablando por los chats, por sus blogs, por el facebook, por el messenger: cada formato y programa de internet que se abrían, era una prueba más de su reafirmación en el amor, de su enamoramiento, se adoraban...Un buen día, tres días antes del momento fijado para conocerse en persona, uno de los amantes se fue a dormir, y a la mañana siguiente, no despertó. El otro amante (-el vivo-), hoy nunca supo a quién, a qué amó, si fue un "amante del amor" como en la película de Truffaut... Pero tiene una tumba a la que algunas noches lleva flores (¿Y a quién lleva flores, sino a la persona que imaginó, y qué otra cosa podía hacer, que imaginársela?).
Hay quiénes dicen que en los días de frío, se queda más tiempo sobre la tumba, tal vez hablándola, intentando huir de su soledad, de la soledad de las máquinas que invaden su vida. En la época de la sociedad de la información, de la globalización, nunca nadie había estado más solo que el hombre.