LA CINTA BLANCA


Se empiezan a estrenar con cierto retraso, la mayoría de las películas ganadoras del pasado Festival de Cannes, entre ellas la Palma de Oro que recayó en "La Cinta Blanca" ("Das Weisse Band") del austríaco Michael Haneke, autor de las exitosas e intensas "Funny Games" y "La Pianista" entre otras:
La historia transcurre en un pueblo al norte de Alemania, antes del advenimiento de la I Guerra Mundial y el surgimiento del nazismo: En dicho pueblo de gentes protestantes, extrañas y frías, estructura fuertemente jerarquizada en torno a un Barón, alrededor de cuya explotación agraria trabajan la mayoría, empiezan a suceder una serie de azarosas, sospechosas, inquitantes catástrofes: primero el accidente del médico, mientras llega en caballo a su casa, (descubriéndose después que alguien puso un cable invisible entre dos árboles). Luego la extraña muerte de una campesina. Más tarde la destrucción intencionada de la cosecha recién recolectada, la desaparición del inmaculado hijo del Barón, etc.

Rodada en un sobrio, perfecto blanco y negro sin apenas banda sonora (sólo unos acordes dramáticos que acentúan cada hecho trágico, la música de un baile y una canción de coro), va descubriendo una serie de personajes a lo largo de su metraje (a cuál más siniestro, aunque con una apariencia externa siempre respetable) que porta en su interior enrevesados secretos, recelos, odios, envidias terribles, aunque la mayor parte de todo ello no se vea en la pantalla, sino que el espectador "debe imaginarlo". Es ahí donde flaquea un poco, tal vez: en que fuera de la narración cinematográfica nos podemos imaginar hechos e historias terribles...pero también podemos no imaginar nada. Y entre suceso y suceso, se van desgranando la historia del médico, el barón, la baronesa, su hijo melómano, la comadrona, la niñera, el profesor, los campesinos, el pastor protestante (que es tremendo), mientras todo lo narra con una "voz en off" el profesor de primaria, enamorado de la niñera de los hijos del Barón: los dos únicos personajes normales y con una sexualidad normal.

La sexualidad del resto de personajes es un cuadro, pues la practican casi como las mantis o los insectos, tal vez lo más interesante de la cinta, y en este sentido es apasionante la escena del castigo del pastor protestante a su hijo cuando descubre que se masturba (curiosamente con unas metáforas y unos circunloquios en los que sí podría estar calcado un guión de Dreyer o Bergman en lo externo). Seguramente el sector de los "es la obra sublime que esperábamos" será numeroso, pero a uno le parece que a la película le falta vida: es cierto que están trabajadísimas las interpretaciones, la ambientación, la fotografía: Hasta, probablemente (algo poco común en el cine actual), la mentalidad, el atavismo, la cerrazón de la gente de hace casi un siglo. Pero es una película tan gélida, son tan gélidos sus personajes, que esa gelidez puede contagiarse al ánimo, al entusiasmo del espectador al ver la historia: tampoco parece haber unanimidad en si es un film sobre el mal, el odio humano, la iniquidad...

¿Se acerca a ser un Dreyer, un Bergman, es un poco un Tarkovski, como dicen muchos críticos? Pues no, es un Haneke, lo cual no está nada mal, un "Pueblo de los malditos" ("Village of the Damned" Wolf Rilla 1960) en versión del director austríaco. Tengo la duda de si es una obra maestra ó no: me temo que me quedaré con ella.

Puede que a ello, no ayuden las proclamas publicitarias de las que viene precedido el estreno del film y sus tráilers: ("Una película que permanecerá en la mente de los espectadores durante décadas" -reza la promoción, con varias frases similares-). Tal vez una afirmación excesiva: yo la olvidé en media hora, no permaneció en mi más. Siendo gran cine, aquí las entretelas, los entresijos de Haneke se ven mucho más que en "La Pianista" (para Ripley su mejor película hasta el momento) "Funny Games" ó "Caché", que son films de pocos personajes que descansan en grandes, trabajadas interpretaciones : En "La Cinta", al tratarse de una estructura coral, ningún actor consigue insuflar una determinante energía interpretativa a su personaje, porque tampoco tiene tiempo, sin que nos resulten un poco todos un conjunto de ratas de laboratorio teledirigidas como en una especie de experimento. La guerra mundial, el surgimiento del nazismo, quedan muy distantes de ser explicados en la historia: pasan de puntillas, de lejos, externamente, a menos que uno se imagine que surgen del retorcimiento de cada personaje. Que exáctamente no sea una película histórica, también lo aclara el propio personaje del maestro-narrador, en el prólogo del fundido inicial: "Voy a relatarles una serie de acontecimientos que sucedieron en el pueblo en el que viví hace tiempo, de hecho..., puede que no los recuerde del todo bien, y que como han dicho algunos, ni siquiera sean verdad..."

No se exhibe ésa violencia que parece palparse (aunque ello se agradece dentro del cine actual, cargado hasta las trancas de violencia gratuíta): todos tienen "una mitad dormida", unos antecedentes, que no aparecen del todo en la película, que no se ven del todo: los hechos van sucediendo un poco gratuítamente, más en plan giallo o peli de terror serie-B (y algunos son tremendos, como la muerte y el supuesto maltrato en circunstancias "poco naturales" de un oligofrénico), hasta un punto tan frío y desapasionado, que se nos antoja que nos estamos casi acercando a un tratado de entomología, a un artefacto fílmico que simplemente se encarga de la vivisección de un conjunto coral de personajes como si fueran cucarachas defectuosas, poseídas, siniestras. Todo ello está muy bien, pero no explica nada sobre la condición humana ni sus misterios, y hay un punto en el que nos pueden dejar de interesar tantos monstruos prefabricados de guión: les falta vida, emoción, parecen todos un poco robotizados, poseídos, siempre a un paso de acabar como zombies... Si la película es una fábula de fantasía, un cuento gótico de terror, un album de cromos de psicópatas y neuróticos contenidos, a cual peor y más grimoso, como tal funciona perfectamente: es decir una peli de género (miedo, terror ó terror psicológico), no un drama épico ni un film histórico ó de época, que es como se enfoca por muchos. Pero si pretende ser un tratado profundo, riguroso y trascendente de la condición humana y nos lo venden como tal, alguien nos da un poco gato por liebre. Se me olvida decir que los niños están soberbios: No son niños nada buenos tampoco, y eso es bastante difícil de dirigir.
http://cinexim.blogspot.com/2010/01/el-gran-estreno-de-la-semana.html