Se prepara para la visita de una belleza con tom-tom, después de un fisio-masaje en sus cervivértebras Moulinex.
Durante el masaje, él y su fisio, descubren coincidencias enigmáticas. También se confiesan abducidos por las letras del cantante Putirecords, peligrosamente pegadizas.
La visita es una belleza algo tonta con tom-tom, que por teléfono señala que viene de Sanchinarro, y que ha logrado superar una M-30 y una M-40 y salir de ellas para llegar a su encuentro: eso es milagroso. Que una belleza de edad temprana haga eso es milagroso, emocionante, sólo que la belleza del tom-tom responde:
"-Estoy dónde me dijiste "Matadero Municipal".
"-¿Qué? -Responde a punto de infarto:
"-¿Matadero? ¿Dónde dices que estás? ¡Apaga el tom-tom!
Ultimos días que llueve a cántaros, y él se ha puesto la gabardina que se dejó su fisio (el fisio le dice que lo hace para "llevar su olor"). Milagrosamente transcurren veinte minutos, y la belleza en tom-tom aparece mágicamente, ante tan sólo la indicación extrema de: "Número ciento sesenta y dos de la Avenida, junto al Bankia, llevo un paraguas vuelto del revés por el aire, y estoy completamente ya mojado."
La belleza tom-tom baja del coche, y del coche pasan al dormitorio: Empieza a gemir, a pegar unos gemidos brutales. Se han dejado abierta la ventana del baño, y los gemidos se están proyectando a un amplio patio lleno de gentes que no follan...Puede ser catastrófico, hay que cerrar ventana emergente y aspa.
Vuelve al cuerpo del tom-tom, y descubre unos muslos, un abdómen perfecto: regalos de primavera, junto a los estornudos y el picor de las platanáceas. El interludio es seguido en silencio por ciertos vecinos del patio que se asoman, para oir mejor, aunque a lo lejos se oyen gritos de algunos que se asoman tanto, que caen al vacío y mueren.
Una de las veces que el fisio abandona el edificio, se declara un incendio: El se apoya en el alféizar, para verle caminar e irse entre los camiones de bomberos, y piensa que todo lo ha desatado su belleza apocalíptica. Poco después estalla Fukushima, se recrudecen las profecías Mayas, y piensa que todo es fruto del "control mental" del fisio-masajista: porque da masajes con control mental también.
Es tarde, y la belleza del tom-tom se viste lentamente: Le acompaña al coche y se mete dentro, porque le preocupa mucho que sepa dar la vuelta y volver, con un aparato tan turulato: el tom-tom está puesto con una extraña voz sudamericana que parece una profecía, una discusión: habla robóticamente, menciona la Ruta del Quijote ó la del Bakalao como mejor opción, parece una máquina de control mental franmasónica. El eleva la voz por encima del cachivache y le grita a la belleza:
"-¡Apaga ese engendro y no le hagas caso!"
La primavera florece y el ambiente se llena de pelusas urticantes, Algora tiene nuevas canciones compuestas, aún inéditas, que se oirán en Mayo por primera vez.
Hay una mantis religiosa gigantesca en la esquina de una pared, debe proceder del Nilo por su tamaño, consigue matarla antes de que lo mate a él, con su cuerpo recién masajeado, que sólo un disparatado y romántico guerrero fisio-masajista bendito logra recomponer.
En la calle, bajo las nubes radiactivas, aún caminan parejas de la mano, y por el aire casi veraniego, se esparce el peligroso pólen de la vida.
Durante el masaje, él y su fisio, descubren coincidencias enigmáticas. También se confiesan abducidos por las letras del cantante Putirecords, peligrosamente pegadizas.
La visita es una belleza algo tonta con tom-tom, que por teléfono señala que viene de Sanchinarro, y que ha logrado superar una M-30 y una M-40 y salir de ellas para llegar a su encuentro: eso es milagroso. Que una belleza de edad temprana haga eso es milagroso, emocionante, sólo que la belleza del tom-tom responde:
"-Estoy dónde me dijiste "Matadero Municipal".
"-¿Qué? -Responde a punto de infarto:
"-¿Matadero? ¿Dónde dices que estás? ¡Apaga el tom-tom!
Ultimos días que llueve a cántaros, y él se ha puesto la gabardina que se dejó su fisio (el fisio le dice que lo hace para "llevar su olor"). Milagrosamente transcurren veinte minutos, y la belleza en tom-tom aparece mágicamente, ante tan sólo la indicación extrema de: "Número ciento sesenta y dos de la Avenida, junto al Bankia, llevo un paraguas vuelto del revés por el aire, y estoy completamente ya mojado."
La belleza tom-tom baja del coche, y del coche pasan al dormitorio: Empieza a gemir, a pegar unos gemidos brutales. Se han dejado abierta la ventana del baño, y los gemidos se están proyectando a un amplio patio lleno de gentes que no follan...Puede ser catastrófico, hay que cerrar ventana emergente y aspa.
Vuelve al cuerpo del tom-tom, y descubre unos muslos, un abdómen perfecto: regalos de primavera, junto a los estornudos y el picor de las platanáceas. El interludio es seguido en silencio por ciertos vecinos del patio que se asoman, para oir mejor, aunque a lo lejos se oyen gritos de algunos que se asoman tanto, que caen al vacío y mueren.
Una de las veces que el fisio abandona el edificio, se declara un incendio: El se apoya en el alféizar, para verle caminar e irse entre los camiones de bomberos, y piensa que todo lo ha desatado su belleza apocalíptica. Poco después estalla Fukushima, se recrudecen las profecías Mayas, y piensa que todo es fruto del "control mental" del fisio-masajista: porque da masajes con control mental también.
Es tarde, y la belleza del tom-tom se viste lentamente: Le acompaña al coche y se mete dentro, porque le preocupa mucho que sepa dar la vuelta y volver, con un aparato tan turulato: el tom-tom está puesto con una extraña voz sudamericana que parece una profecía, una discusión: habla robóticamente, menciona la Ruta del Quijote ó la del Bakalao como mejor opción, parece una máquina de control mental franmasónica. El eleva la voz por encima del cachivache y le grita a la belleza:
"-¡Apaga ese engendro y no le hagas caso!"
La primavera florece y el ambiente se llena de pelusas urticantes, Algora tiene nuevas canciones compuestas, aún inéditas, que se oirán en Mayo por primera vez.
Hay una mantis religiosa gigantesca en la esquina de una pared, debe proceder del Nilo por su tamaño, consigue matarla antes de que lo mate a él, con su cuerpo recién masajeado, que sólo un disparatado y romántico guerrero fisio-masajista bendito logra recomponer.
En la calle, bajo las nubes radiactivas, aún caminan parejas de la mano, y por el aire casi veraniego, se esparce el peligroso pólen de la vida.