ANTONY HEGARTY MADRID APRIL 2012, MARINA ABRAMOVIC, WILLEM DAFOE, ROBERT WILSON, TEATRO REAL

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Por fín Ripley había llegado a Antony: O Antony a Ripley...Llegar a ésa voz, que, durante veinte segundos, ya avanzada la obra, le había hecho llorar...Llorar había sido mágico: No voy a dar más explicación.
¿Una Opera en el Teatro Real con un protagonista Transgender? Antony Hegarty (El famoso cantante de Antony & The Johnsons, que aquí simplemente aparecía colaborando como Antony): Una buena propuesta frente al apocalipsis : Localidades agotadas probablemente hasta el día 22 (caras y baratas, aforo lleno de gente hasta el último rincón del quinto piso, paraíso y gallinero, cabezas y cabezas diminutas buscando la magia del espectáculo): Ripley había decidido encomendarse a la función ciegamente, más allá de dios y el diablo: No: "No más -Massiel en "Follies" el penúltimo día-" con cabezón delante y loin, loin: No: Esta vez tacatú, con plano bien claro y por libre. Siquiera por una ocasión única para ver algo distinto y contarlo, por el propio placer de vivirlo, verlo, y compartirlo: "The Life and Death of Marina Abramovic":
Un fraude setentero-ochentero para algunos, que suponen protagonizada por una wannabe de Marlene (Abramovic confiesa que la idea-gérmen de la obra se gestó nada menos que en el mítico programa de tv español "Metrópolis"), la pieza más estrafalaria que jamás ha pisado el Teatro Real, para otros... ¿Ópera metafísica, teatro-kabuki con contratenor, ópera folk-pop, hyponotic gospel, performance loca? Una parte del público completamente entregada, no toda... Otra, reducida, ligeramente martirizada y descontenta, abandonándola iracundamente: ¡Ummm, delicioso!: Es verdad que hay algo subliminalmente sado-masoquista, que descoloca algo en la obra: Algunos del abono subiéndose por las paredes, pateando en el suelo, al final del primer acto: Antony aparece a los tres cuartos de hora de comenzar la función: Hay quién dice malvadamente que va vestido de institutriz alemana de internado gótico: Hay quién dice que a veces desafina ligeramente al principio de cada canción: Todo ello es verdad que puede ocurrir una fracción de segundo, pero haber oído y llegado a su voz, ha sido como haber subido a ver y sentir a un Ángel: Las piezas que canta, han sido concebidas casi como estados hipnóticos, funcionan así...y tiene una voz prodigiosa: Mis lágrimas son mías, cariño, no hay copia y pega que me las quite: Salieron. Robert Wilson, el genio teatral americano minimalista, es verdad que coloca como nadie los cicloramas, controla al milímetro los movimientos de los actores, los sube a cuerdas, les pone alas, ruedas en los pies, crea brillos y efectos visuales extraños y una escenografía que a veces roza lo sublime, va a cámara lenta, rápida, ó de pronto con el fondo del escenario atravesado por un disparatado corredor haciendo sprint: ¿Quién se resiste al mago de las atmósferas? Una ocasión de ver algo distinto: ¿Ópera sí, no? ¿Y por qué no Oxígeno, por fín?: Riesgo extremo. Como pieza central la vida de la Performer de origen serbio Marina Abramovic: alguien que ha hecho de todo antes, volada, botoxizada ¡Pero para ser un decorado!, loca de acostarse..., desde clavarse cuchillas en el cuerpo, hasta pasarse horas y horas auto-expuesta en el MoMa como figura viviente: desglosa su vida por años, da recetas para la tristeza, el amor y la felicidad: Y lo hace personalmente, a través de la música de Antony y la voz hablada y la expresión corporal de Willem Dafoe, que logra una prodigiosa composición prácticamente hasta el agotamiento físico. El primer comentario de ésta entrada serán también las anécdotas al final de la obra: psicodrama, catársis, emoción, ira, rabia, placer... Inicialmente pensada para que la cantara Björk (se llega a oir su propia voz cantando un fragmento grabado junto a Antony), Abramovic y Antony se cruzan en varias fiestas, y ella no para hasta lograr convencerlo y superar su timidez. Al inicio de la obra, unos perros de verdad sobre el escenario, olisquean las tres tumbas de Marina Abramovic: Ella dice que cuando fallezca, tendrá tres entierros: Uno en Nueva York, otro en Amsterdam, otro en Belgrado (-horrorizada por el entierro que creyó insípido, tristísimo, de su amiga Susan Sontag-): Aunque el cuerpo verdadero sólo será enterrado secretamente en uno de los tres lugares. Empieza con tres entierros, y acaba con tres ascensiones... Una propuesta hipnótica, arriesgadísima, rompedora, que entusiasmará y levantará bastantes ampollas probablemente. Para huir con sueños y música del apocalipsis con Dafoe y Antony especialmente ovacionados, tras cantar la preciosa pieza "Volcano of Snow" que cierra la obra: Hoy por fín, llorar había sido mágico, y el artificio más extremo, tan aparentemente sencillo como complejo hasta la extenuación, real y emocionante.