LO SIENTO MUCHO


Los españoles no estamos acostumbrados a que nuestros políticos y dirigentes se disculpen ó digan: "Lo siento mucho". Tal vez en otros países, tampoco. Sería increíble oir a Aznar decir "lo siento mucho" por meternos en la guerra del Golfo, y por haberse equivocado. También increíble que lo hubiera dicho alguna vez Zapatero. Es dudoso que lo dijera Sarkozy, después de insultar a sus ciudadanos por la calle, como hemos visto en vídeo, ó el supuesto presidente de una Tercera República que hoy parece un slogan fashion, pero profundizado básicamente por quién lo dice no consiste en nada que se parezca a un Manual de Derecho Político ó Constitucional, que estudia las formas de estado y de gobierno de manera mucho más rigurosa en miles de páginas, que pegando tres gritos. Ni siquiera hemos oído a ningún presidente español de República en el exilio, decir "Lo siento mucho" por no haber sabido ni podido parar el golpe militar de Franco: También estaba en su sueldo y obligaciones haber podido parar esa atrocidad, pero probablemente les parecía más apasionante estar discutiendo dogmatismos y palabrerías, con la gente mucho más muerta de hambre que ahora: Las formas nunca son fondos, y tampoco es ese el poblema vital y actual de España, sino encontrar un "qué" y un "cómo" para salir de la crisis y alejarnos de ella. Por otro lado, jamás oiremos tampoco a Cristina Fernández de Kirchner, después de haber expropiado la filial de una multinacional española, decir: "lo siento mucho", pero internet está lleno de vídeos de ella y su marido, siendo gobernadores, aplaudiendo y festejando su privatización y compra en los años 80. Los gestos, hacen grandes, pequeños ó mediocres a los gobernantes. Finalmente, con éste señor que está disculpándose, sin necesidad de ser monárquico, republicano ni cualquier otra cosa, porque por fortuna, en España no exigimos carnets kirchneristas ni chavistas por la calle, en los centros, en los trabajos, nadie duda de que el país ha alcanzado el mayor período de estabilidad de su historia: Con crisis ó sin ella, seguimos por el momento, siendo el duodécimo país más desarrollado y rico del mundo (Argentina ocupa el puesto 36). Sean bienvenidas las ideas ó aportaciones constructivas sobre las mejores formas posibles, para que seamos el octavo, el quinto, ó sobre cómo adelantar a China, que es finalmente quién seguramente se quedará con la explotación del petróleo y el gas argentino, ya que Argentina por si si sola no tiene medios ni inversiones capaces de hacerlo, ni siendo una república -la mágica palabra salvadora y milagrosa-, los tendrá nunca.