Julia Gutiérrez-Caba, tal vez la más importante dama del teatro español, recibió ayer el Premio Max de Honor, con toda la profesión teatral puesta en pie y aplaudiéndole en el Teatro-Circo Price de Madrid. Ella forma parte también de la imaginación, los sueños y la temprana afición teatral de @elblogderipley: Si no hubiera tenido la decisión, el sueño, la ilusión de poder irla a ver, simplemente la vida hubiera sido distinta: Cada papel representado por ella, cada personaje, eran justo el papel y la actriz que harían soñar a cualquier público y a cualquier espectador del mundo. Siempre era como ir a ver a un marciano haciendo magia, -una marciana en éste caso-: Nadie antes (ni después), que en un escenario supiera colocar y proyectar la voz de esa forma única, con esos registros y tonos, sin nunca jamás equivocarse, y a la vez coordinar su expresión corporal, sus movimientos, con tal sutilidad y armonía. La forma de hablar, de decir, de declamar hasta llegar a la última butaca, la forma de sentarse, de quejarse, de mirar, de posar las manos, ponerse de pie, abrir ó cerrar los brazos, mover y colocar las piernas y los pies, única haciendo llorar ó reir. Nacida con ése enigmático veneno puro del teatro en sus venas, con el que solo nacen los genios, los grandes cómicos, las grandes presencias escénicas, se merece todos los premios del mundo.