JOACHIM TRIER'S OSLO AUGUST 31st

Está pasando de forma casi desapercibida por la Cartelera y los cines, lo que para mi gusto es un peliculón, se trata de OSLO 31 DE AGOSTO, un film noruego de JOACHIM TRIER, un director de áquel país emparentado por parte de madre lejanamente con LARS VON TRIER.
Rodada en 2011, pero estrenada ahora, ésta mediana producción noruega, que ya estuvo en "Un Certain Regard" en Cannes y otros grandes festivales, salta y empieza a ser conocida entre otras cosas por obtener en 2012 una Nominación en los Césars franceses como mejor película extranjera.
 
El 31 de Agosto es el día en que se cierran las piscinas en Oslo, pero también la fecha en la que Anders, un joven de 34 años que está acabando una rehabilitación por drogadicción en un centro en las afueras de Oslo, sale de él unas horas, con objeto de asistir a una entrevista de trabajo, que está incluída en dicho programa de rehabilitación, y alarga su jornada para visitar y ver a todos los amigos que tiene en la ciudad, y también contactar con sus antiguos amores.
Lejos de ser una película sórdida sobre las drogas, Trier, autor también de "Reprise", filma un fresco sobre la existencia y el vacío, alrededor de una ciudad, Oslo, cuyas calles, plazas y jardines también se convierten en segundos protagonistas. Se basa también en una adaptación libre de la novela "Le Feu Follet" de Drieu La Rochelle.

Anders, interpretado impresionantemente por el actor fetiche de Trier Anders Danielsen Lie, que da al personaje una hondura desconocida, y que muchas veces habla serenamente con una lágrima asomando en su mejilla, imagina qué hubiera sido de su vida sin ésos seis años en los que se ha dedicado a vivirla peligrosamente, a evadirse de ella: Es inteligente, atractivo, escribe bien...Se queja de que no tiene nada, de que no ha conseguido nada... 

 Sin moralina ninguna, sin sordidez (Anders es un intelectual de clase media/alta, y el único camello que sale en la película, lleva un polo de Abercrombie y es cinéfilo), la cinta nos lleva a través de las reflexiones existenciales de su protagonista, y las conversaciones con sus amigos, a un recorrido interior sobre lo que poder ser, sobre lo que pudo ser, sobre lo que todos querrían ser y al final son ó no:

 Desde la primera escena, un intento de suicidio de Anders, intentando ahogarse en un lago metiendo piedras en sus bolsillos, hasta la escena en la que está sentado en una cafetería, y escucha todas las conversaciones alrededor, asistimos al devenir melancólico, de una persona que tal vez ha perdido sus mejores años sumergido en la nada y el vacío, con la soberbia estampa de fondo de la cambiante ciudad de Oslo que va saliendo del verano para sumergirse en el Otoño... 

 La escena de la vuelta a la casa de sus padres y la entrada en ella de Anders, una casa deshecha, llena de cartones de embalar y cuadros descolgados, que va a ser vendida, da una idea lejana, fría, sin estridencias, tal vez de una familia rota: Es una película del Norte de Europa, no hay grandes dramas ni gritos, todo se da a entender casi veladamente. 

Anders se pone a tocar el piano cuando llega a aquélla casa en la que vivió, como si el tiempo no hubiera transcurrido, escapa antes con unos amigos y una chica guapa que acaba de conocer a un baño furtivo en una piscina al amanecer, y se plantea, hasta un final algo sorprendente que no desvelaremos, si puede construir una nueva vida sin depender de aquélla falsa felicidad que condicionó la anterior ó no. 

 Minimalista, poética, detallista, fresca, aparentemente intrascendente pero dejándonos después inquietos y con ganas de pensar, increíblemente interpretada por su protagonista, Oslo 31 de Agosto, es una soberbia película muy a tener en cuenta. Con una banda sonora asimismo sobresaliente, destaca en ella "Lamentation" el potentísimo tema del grupo The White Birch (también rebautizados como "los Sigur Rós" noruegos) que la cierra conmovedoramente.