TONIGHT M-30

Allors et maintenant Madrid, la Ville qui ne dort jamais...(testo in italiano qui)*
Las cosas como hubieran sido no importan. Sí importa lo que fueron, lo que son, lo que serán, lo que se va viviendo con certeza: importa una equivalencia. También es precisa una cierta humildad, una cierta inseguridad segura y aventurera: los tanques solo aplastan torpemente una hierba que nunca vuelve a crecer, y se trata de sembrar, de cultivar. Los lectores deben sentirse cómodos, disfrutarán si perciben encanto, mimo, cuidado en los textos. Los espectadores intrépidos también descubrirán lo que no se esperan, pero las puertas de la fantasía solo se abrirán para los osados y audaces. Lloramos por los lectores y espectadores que nos aprecian, y cada día, cada día... les queremos más...

Es una época actual extraña, la que más tiende en la historia a confundir realidad y ficción. Los límites llegarán a ser peligrosos para quiénes no los midan, será muy parecido a vivir en la nada o en la Edad Media. Muchos experimentarán autoengaños, ficciones paralelas, se recrearán en zonas de vanidad fugaces, líquidas ¿Porqué buscar entonces motivación en todo eso, si en realidad no la hay? El éxito es un humo difuso peligrosísimo, venenoso, la obsesión por aparentarlo u obtenerlo, suele matar mucho antes del triunfo. Deja muchos cadáveres, mucha gente que se traga la tierra ¿Y saben qué?: Muchos muertos en vida, muchos zombies que ni en sueños son ni serán lo que pretenden parecer.
Intentamos dormir junto a la M-30: los coches pasan silenciosos. El silencio duele en la noche y en el día, pero renace un sueño. La vida es teatro y el teatro es vida. Y es prosa, y es poesía. Y vuelve a estar porque tiene que estar. Y porque la búsqueda, la inquietud, la necesidad, es solo interior, se lleva.
Renace un micro-teatro ("Las limas amarillas de Mavala"), y renace en un coche Julia Gutiérrez Caba que llega al teatro Maravillas a hacer sus "Cartas de Amor" con Miguel Rellán, que es una tarde de Madrid en Otoño: Ha llegado hasta aquí para verla otra vez. Ha reservado una primera fila. Los teatros están a rebosar de gente, las butacas y los gallineros, no queda una sola entrada libre. Hay precios para todos los gustos y bolsillos, la gente busca salir de la alienación con contenidos cualificados: Es una de las mejores temporadas de Madrid en años. Ir al teatro, contarlo, ver espectáculos en vivo es acunar el alma para que permanezca pura. Es tiempo útil, capacidad formativa sensorial y emocional que revierte a largo plazo. No es que te guste para gustar ni comentar para que te comenten, es otra cosa, cariño, es otra cosa.  
Dicen que unos días después va a ver a Concha Velasco haciendo de Juana la Loca en "La Abadía" (un prodigio escénico), y que acaba una noche de sábado abstemia yéndose a dormir pronto. Aún quedan muchas funciones por ver y por hacer, textos por escribir, él empieza solo a parecerse a quién fue, a quién es, no queda otra. La vida no es solo un blog por internet ni un tirarse el rollo por redes: Quiénes de verdad escriben buscan y encuentran lectores. Y los autores y actores, espectadores. Los que se dedican a vivir, suelen cruzarse con otras personas que también hacen lo mismo: Es un alivio, aunque haya existencias robadas. A todas ellas dedica estas líneas.
Se vuelve al teatro con Julia (es un decir, porque es la decimoséptima vez que la ve en un escenario -también vio a Irene-), y un miércoles se sigue con Emilio: El hermano pequeño tiene setenta y cuatro años. Va al teatro acompañado al fín de Carlos: Se gana un abrazo cálido, porque llevan toda la vida disfrutando de una pasión. Han visto a Emilio haciendo de Ingmar Bergman en el Infanta Isabel (acompañado de Chusa Barbero y Rocío Peláez): Hay tres óleos notables dentro del teatro, que parece perdido en el túnel del tiempo: En el centro lo que semeja una batalla, los ganadores (o perdedores) parecen exhaustos, como si no hubiera merecido la pena. A un lado una gentil dama graciosa, a otro, una señora con un perro: el perro se parece a la señora, y la señora a su perro: son dos frikis ambos, dos frikis de hace más de un siglo. Miran desafiantes  como con un pronto curioso, intentado tentar al tiempo.
Riplito se pierde en un paseo a pie en la M-30. Aunque parezca mentira, es saludable tener hábitos quinquis. Va a una boda gitana. Sale ileso y vivo, y lleva un perro de una correa: Hay plantas carnívoras, gallinas sin rumbo y una roulotte espaciosa en un pequeño parque tropical, en la que están sus amigos Carlitos Orive a la guitarra, Algora, la Prohibida, Spunky : él canta en italiano con los gitanillos y las zarigüeyas: Todo es una roulotte con artistas y alguien les trae un sandwich y una coca-cola.

La M-30 canta canciones italianas y Rossy de Palma canta y hace de generala y primera actriz en "El Cantor de México" en el Teatro de la Zarzuela junto a Toni Marsol, Jose Luis Sola y Silvia de Munck. Riplito vivió el azar hace quince años en el mítico escenario, de tener a menos de medio metro a Lorin Maazel dirigiendo a una orquesta: lo vio. A nuestro lado hay un mejicano de verdad que se sabe la música de memoria y dos enfermeras que intentan que todos seamos felices. Todo es un boomerang, alguien nos salva y nos recoge: espectadores y lectores. Ser/estar/parecer/semejar: verbos de colegio.

En una semana o dos, habrá ido a ver más cosas, habrá escrito (no siempre por internet), sin que dé tiempo a contarlo. Qué curiosa la vida moderna, cuanto más parezca querer mostrarse, menos habrá. Las vocaciones no son para los demás, son sobre todo por nosotros ¿Qué hay del misterio, la intuición, del esfuerzo constante que nadie regaló? ¿Sirve de algo relacionarse con más gente de la que en realidad se podría? Nunca sabremos del todo quiénes son todas esas eminencias grises en la sombra, que se dan tantos aires en sus "zonas de confort" virtual: No parece grave: ¿Qué han hecho, qué harán? ¿Son quiénes dicen ser o lo que van imaginando a medida? ¿Quién dijo que imaginar fuera fácil? ¿Vidas para ser vistas, exhibidas o para ser vividas? ¿Arreglará esa ordinaria soledad internet?: La vocación es soledad, sí, pero otra. Es soledad para cambiar, para modificar, para inquietar, para dar vida, para importarnos, para ser. 
También narramos porque no sabemos hacer más y porque hay un látigo de nacimiento: No hay especial complacencia: la búsqueda es otra, el camino es distinto, no hay respiro. Las imposturas son siempre indeseables, sobrantes: magufas y magufos circulares y maledicentes, correveidiles, porterías enfermizas que husmean en los chismes de sus seres queridos como si por eso sus existencias fueran cualificadas, y no lo son. 
Tampoco el conocimiento consiste en abonar matrículas, perfeccionar estudios de pago o lecturas elitistas, ni pertenece a gente pobre, mediana, desgraciada o rica: Se puede estudiar y trabajar, se puede conseguir todo a través de un esfuerzo y ha de ser sin el menor descanso ni concesión: Conseguir que lo difícil parezca fácil, huir de esa cursilería afectada que inunda todo. Escribir no tiene nada que ver con esos postureos pseudos de gente con cacaos y carencias considerables, que por desgracia copa e inunda blogs y redes, porque no ha podido hacer más (indeseables compañías de hojita parroquial y mesas-camilla traqueteantes, que precisan de explicaciones demasiado largas que deberían haber buscado ya en su vida, que en absoluto merecen), egos colgados, vegetativos, sin más especial aliciente que lograr cierta conmiseración o congraciarse ¿Qué motivación existe ahí? ¿Una palmadita en la espalda?: ¡Qué coñazo! ...La inquietud, el conocimiento, son anchos y ajenos. Los honorarios de una vocación son la propia vida, sin trampa. Los lectores y espectadores no desean simulacros, necesitan, quieren soñar de verdad. El precio existe, porque lo vale y siempre lo valdrá y porque los únicos que salen ganando son las personas que tienen y por tanto aprecian el valor. 
Después de Rossy, se acomoda al fondo en "El Búho Real": los propios cantantes y músicos le integran, las familias elegidas tienen esa ventaja. Las vidas son una película, y las películas son vidas cruzadas. 
Sentado en un pequeño sofá guarnecido del "Búho Real", está Pablo Sallabera: Una nueva luz hallada en el camino oscuro. En un mensaje Pablo le pregunta que si escribe y dónde, realmente interesado e inquieto. Antes ó después alguien canta con aires rockeros "Me cuesta tanto olvidarte" de Mecano: Me cuesta mucho olvidarte (¿Qué me pasa, Dok, Dok?)  Luego cogemos tu y yo un avión y acabamos en Berlín: El cielo plúmbeo esconde ángeles secretos, y bailamos en el Berghain atravesando habitaciones como galaxias, que cuentan un solo minuto. Luego soñamos aquella maravillosa ciudad en los años veinte y treinta a la que Christopher Isherwood y Stephen Spender tuvieron que despedir con infinita tristeza...
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